Subastas récord en 2021: los nuevos ricos revolucionan el mercado del arte
Una subasta es una función de teatro. Una tramoya. Todo resulta posible. Hasta que las frías estrellas caigan del cielo. Imaginen la escena. Nueva York. En las sesiones de la noche, las grandes casas de puja —sobre todo Christie’s y Sotheby’s— presentan sus mejores obras. Esas solo al alcance de menos del 1% de la población del mundo. Suelen estar llenas (ahora, siguiendo los tiempos, guiadas por más subastadoras) y el público aclama, enfervorecido, cuando un precio atraviesa la estratosfera. No aplauden la calidad del trabajo: solo el dinero. Es como si en tiempos de Maria Callas, los espectadores ovacionaran su caché e ignoraran su extraordinaria interpretación del aria Vissi d’Arte (Viví de arte) de Tosca.
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